Casi siempre, y por mucho, lo que está de moda nunca es lo mejor.
Poemas, rosas, estrellas.
Montañas.
Besos con los ojos cerrados.
El piano y el violín.
Pergaminos, leyendas.
Benedetti, García Márquez, Otelo.
Folklore, cuentos para dormir.
Enamoramiento, respeto y fe.
Confianza.
Miradas profundas.
Árboles frondosos, flores en el campo.
El Silbón, la cuerda, el escondite.
Embarazos, hacer el amor.
Dormir, respirar, comer.
Trepar, cavar, leer.
Silbar, cantar.
Bailar.
Abrazos, caricias.
Recuerdos, sonrisas.
Escribir, soñar, pensar.
Creer, confiar.
Pedir bendiciones, ver el sol brillar.
Luchar por los hermanos, con pájaros hablar.
Sentir cómo falleces, luego resucitar.
Susurrar al oído, decir frases de amor.
Confiar en el amigo, practicar el perdón.
Decir no porque no quieres.
Callar, gritar, brillar.
Bajar el rostro, sentir vergüenza.
Recobrar fuerzas, volverlo a alzar.
Despedirse, encontrarse.
Conocerse, imaginar.
Soñar despierto, soñar dormido, no importa cuándo pero soñar.
Vivir la vida que te ha tocado, si no te gusta puedes cambiar.
Sentir orgullo por lo que eres y de placeres hartarte más.
Amar a alguien, odiar a todos.
Cerrar los ojos, reflexionar.
Inspirarte, crear arte.
Apasionarte, decepcionarte.
Amar por siempre o hasta que acabe.
Amar de nuevo y a raudales.
Nada de esto está de moda pero es bueno.
Todo es Vintage, todo es vida.
Todo es viejo.
Poemas inédidos
Duda
Duda, cual insecto por la noche
que te extrae la ilusión,
apártate de mí que eres veneno,
con ansias de extinguir todos mis sueños.
Lo que quedó
Yo quería amarte siempre,
no en ocasiones.
Y tomarte de la mano
sin precauciones.
Amanecer a tu lado,
y en el silencio,
escuchar un te amo
y darte un beso.
En cambio tú:
Mi dedos tomabas bajo el mantel.
Y la caricias,
tan precavidas como espontáneas,
bajo un horario podían ser.
Hoy no hay amor,
ni eterno ni ocasional.
Solo un silencio entre nosotros
que nos distancia,
y ya no hay ganas de regresar.
Renacer del amor
Llegaste a mi vida cual sonido en el viento.
Creaste un impacto con tu lindo mirar.
Tomaste mi mano y preguntaste: ¿Bailamos?
Y yo, sin palabras, te seguí el compás.
Ahora nuestros cuerpos, fundidos en uno,
danzan sin pensar en el alrededor.
Y tus suaves caricias y tus tiernos susurros,
me hacen sospechar que renació el amor.
A medio escribir, a medio pensar
Tengo meses queriendo escribirte,
pero no a ti, a tu recuerdo.
Tengo ganas de contradecirme
cuando digo que ya no te pienso.
¿A quién engaño? yo siempre pienso,
pero no en ti, en los momentos.